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viernes, 28 de mayo de 2010

Ya saben

En estos días hay un montón de gente conmocionada por el lanzamiento del iPad.

Como comentario accesorio a este hecho salió en ElPais.com una nota con el título: "La cara amarga del iPad está en Shenzhen". (Ramón Muñoz - Shenzhen - 27/05/2010)

¿A qué se refieren con eso de "cara amarga"?

El comienzo de la nota nos da una buena pista:
"El suicidio de nueve trabajadores chinos de Foxconn, la empresa que fabrica la 'tableta' de Apple, desata una batalla laboral en China"

Avanzando un poco en la nota puede leerse cosas como:

"la empresa californiana no fabrica ni el iPad ni el iPhone, sólo lo diseña. Se realizan y ensamblan en China, en Shenzhen"

"En Shenzen trabajan 420.000 trabajadores de Foxconn, un inmenso grupo industrial con sede central en Taiwan que ensambla todo tipo de productos electrónicos, desde videoconsolas a móviles o portátiles para marcas como Nokia, HP, Dell o la citada Apple"

"en lo que va de año, sus trabajadores han protagonizado una ola de suicidios que han estremecido a Shenzhen, donde tiene dos de sus principales plantas de producción. Nueve de ellos se quitaron la vida, otros dos resultaron intentos fallidos y la prensa local habla de un último suicidio aún sin confirmar"

"Los sindicatos atribuyen estas muertes -todas ellas de trabajadores de entre 18 y 24 años- a la presión insoportable y las condiciones laborales que sufren los empleados para cumplir con los objetivos de producción que les marcan las multinacionales"

"Denuncian condiciones militares en las cadenas de montaje y salarios base de en torno a 100 euros mensuales, que les obligan a hacer horas extras interminables (hasta 6 días a la semana con jornadas de 16 horas) para poder subsistir"

Hasta ahora hubo publicidad sobre las empresas de indumentaria y calzado deportivo que fabrican sus productos en Asia en condiciones de semi esclavitud (incluso de menores), lo que llevó a varias marcas a declarar que se ocupan de constatar que se cumplan condiciones dignas de trabajo.

Pero ahora también hay marcas tecnológicas que recorren los mismos caminos.

Probablemente haya que presionar a estas empresas igual que se hizo con las marcas de indumentaria y deportivas.

Habrá que soportar el tema de las deslocalizaciones, pero que sean en condiciones justas. No puede ser que lleven sus procesos de producción a regiones que tienen menores costes y encima exploten a la gente.

Realmente son insaciables.

Ya saben, antes de elegir una marca, averigüen dónde y cómo fabrican sus productos.