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sábado, 24 de abril de 2010

Alta tecnología

Una de las cosas a las que me costó acostumbrarme fue el clima extremadamente seco de Madrid.

Después de una vida oyendo aquello de que "lo que mata es la humedad", tuve que cambiar el hábito de vivir en un clima donde era llamativo que la humedad fuera de menos del 60% a vivir en otro donde la humedad es algo tan irrelevante que ni siquiera se incluye en los informes del estado del tiempo; lo normal es que esté por debajo del 30%

Pero este último invierno, además de haber sido muy crudo, resultó llamativamente lluvioso.

No tengo un registro concreto, pero estimo que llovió por lo menos unos 80 días de los 90 del trimestre diciembre/febrero, y no menos de la mitad de los días de marzo y lo que llevamos de abril.

Ademas de los innumerables trastornos que ocasionó en una ciudad que no está acostumbrada ni preparada a semejante cantidad de precipitaciones, provocó numerosas filtraciones a todas las instalaciones subterráneas (que son muchísimas).

Sin ir más lejos, la red de metro está plagada de goteras.

Y ahí es donde se nota el alto grado de aprovechamiento de las más avanzadas tecnologías.



Por lo que podemos apreciar, Metro de Madrid no se priva de nada a la hora de solucionar las filtraciones. Nada de perder el tiempo reparándolas, ponemos un cubo y listo.

Eso sí, organizamos un hermoso consurso de precios a ver quién es el amigo que nos los vende más caros.