Una larga vida en común, sirviéndose de mutuo apoyo, termina creando una relación de dependencia.
Si a uno le falta el otro, corre serio riesgo de derrumbe.
Es lo que me hizo pensar esta imagen que me encontré esta mañana en Gran Vía, cerca de la Plaza de Callao.
Está claro, edificios más que centenarios, muchas veces con vigas estructurales de madera, terminan siendo puntos de apoyo recíprocos.
Al demoler uno, tienen que instalar todo ese complejo sistema de apuntalamiento para evitar los derrumbes.