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jueves, 18 de diciembre de 2008

Migrantes



"La gente se cambia de país porque la ansiedad la acaba desgastando. Porque le corroe la sensación de que por mucho que trabaje, sus esfuerzos serán infructuosos, y que lo que ha construido durante un año será derribado por otros en un solo día. Porque ven un futuro atascado y aunque ellos tal vez salgan ilesos, sus hijos no. Porque creen que nada va a cambiar, que la felicidad y la prosperidad no son alcanzables sino en otro lugar."

Yann Martel, "Vida de Pi"

Ya he contado en la primer entrada del blog (Presentación) mi situación personal de migrante de Argentina a España, por eso me limitaré a ese movimiento migratorio en especial, aunque debemos reconocer que cada vez crece más y más la necesidad de hacer realidad el reclamo de que "no existan fronteras". La Europa hoy desarrollada cierra sus puertas a aquellos que vienen de países que hace menos de un siglo acogieron sin limitaciones a sus hijos, que expulsaban las guerras, pestes y hambrunas. Les dieron la posibilidad de instalarse, trabajar y crecer sin ponerles trabas.

Hay una parte de mi historia que me faltaba contar.
Mi padre perdió al suyo siendo muy pequeño. Era un humilde pescador gallego que murió en un naufragio, una historia sencilla. Pero su viuda, con tres hijos no tenía cómo sobrevivir (mediados de las década de 1920) en una aldea de pescadores en la costa gallega (Betanzos).
No le quedó otra opción que emigrar a Argentina, con su hija mayor. Así pudieron trabajar ambas en servicio doméstico. Su dos hijos menores quedaron al cuidado de familiares. Justamente, mi padre (el menor de todos ellos) siempre reconoció que su verdadera madre había sido esa tía (Farruca) que lo crió desde que era un bebé. Siempre recuerda que una de sus tareas asignadas, apenas aprendió a caminar, era levantarse muy temprano a recoger los peces que habían quedado atrapados por la bajante de la marea.
Esa abuela gallega, (a la que siempre conocí pequeñita, robusta, siempre vestida de negro, y con una vitalidad y energía envidiable, que se nos fue con 88 años, todos sus dientes y que hasta un par de semanas antes de morir daba vuelta la casa ella sola) pudo trabajar sin problemas, ahorrar hasta poder llevar con ella al segundo de sus hijos y luego al menor (mi padre).
Eran épocas en que Argentina los recibía con los brazos abiertos.
Mi padre llegó justo para comenzar su escuela primaria, que tuvo que ser en un internado, ya que su madre seguía trabajando "cama adentro". De pre-adolescente, apenas salido del internado comenzó a trabajar (nadie le pidió ningún permiso especial). Trabajó toda su vida, hasta jubilarse y también después de esa jubilación.
Y fue al jubilarse donde se encontró con una sorpresa: había llegado como polizón, no tenía ningún documento que acreditara su entrada al país, no figuraba en la lista de pasajeros del buque que lo llevó. Solo pudo demostrar su estadía en Argentina con los registros del internado y sus posteriores empleos.
Aún así no tuvo obstáculos para obtener su jubilación. Y seguir trabajando mientras su salud se lo permitió.
Hoy, con sus 85 años está ya achacoso y delicado, pero con toda su lucidez. Y es esa lucidez la que aún le permite decir que se siente más argentino que muchos argentinos nativos. ¿Porqué?, se partió la espalda trabajando toda su vida (a los 14 años era el galleguito rubio con la canasta de reparto del almacén a la espalda, haciendo los repartos a domicilio) y nunca renegó de esa tierra que le permitió lo que su patria le hubiese negado.
No emigró por la Guerra Civil, salió de España bastante antes de esa negra noche.
Y nunca volvió a ver su lugar de origen, su aldea en esa playa de la que recogía peces atrapados en las charcas.
Lo que pudimos averiguar desde aquí es que ya no existe, no era siquiera un pueblo, solo un caserío en la playa, que el tiempo arrasó y hoy es zona de urbanizaciones de lujo.

Me imagino (aunque él jamás lo ha dicho) que piensa que finalmente su hijo y el mayor de sus nietos lograron hacer ese camino de regreso que él nunca hizo.

Un origen parecido es el de mi madre, hija de un andalúz emigrado de pequeño y de una gallega que también llegó a Argentina con muy pocos años a cuestas.

Así que creo que nadie puede dudar del origen de mi sangre ... ¿no?

Esa era la parte que me faltaba contar de mi historia de "migrante", soy el que cerró el círculo familiar.

Por eso especialmente hoy quiero poner algo de información sobre el tema. Solo links, sin comentarlos. Es un simple intento de darle información y herramientas a quienes estén intentando o pensando intentar la misma aventura.

Guía práctica para iniciar los trámites de la nacionalidad española
Clarín.com 18-12-08

Inmigrantes en españa
www.060.es/inmigrantes

Inmigrantes en España
www.euroresidentes.com

Casa Argentina en Madrid
En este último sitio, al que tuvimos la buena fortuna de acercarnos, hemos recibido una invalorable ayuda y orientación.